viernes, 19 de junio de 2009

Memoria y porcelana


Delicada, ligera, traslucida, fría y brillante son algunos de los atributos que distinguen a la porcelana. Compañera de las grandes ocasiones o de los más entrañables momentos ante una taza de té o café.

Mi gusto por la porcelana viene de los albores de la infancia....al mirar las pequeñas tazas de té que guardo en una vitrina y que me regalaron cuando tenía cinco años, mi mente se trasporta a aquellos días de mi infancia en donde después de una larga jornada, dirigiendo un barco pirata o comandando un ejército rescatador de príncipes en apuros, era necesario tomar un descanso y que mejor que hacerlo disfrutando de una taza de té. El almirante de la flota, en ese momento dejaba a un lado espada y catalejo, corría a su cuarto, ayudada por sus primas, a traer la mesa de madera, construida exprofeso para el tamaño de los invitados y para servir a esos menesteres , así como de restirador, escritorio y hasta banco; que se transformaría gracias a la magia de un mantel, florero, servilletas dobladas lo mejor posible, cucharitas y el pequeño juego de porcelana, en el lugar en donde se compartiria el ritual de la "hora del té". Claro no siempre eran las 5 pero tratábamos que el horario se acercara y hasta decidimos proponer a los ingleses otro horario más conveniente, que se fuera moviendo según las necesidades de cada día =)


Era todo un ritual esperar a que el té estuviera listo (té de manzanilla, hierbabuena y alguna que otra vez de canela, pues eramos muy pequeños para tomar té negro, al cual después me aficioné), aprendí a calcular cuanto tardaba en hervir el agua y a disfrutar del silbido de la tetera avisando que el elixir estaba listo. Tras dejar enfriar bastante el té, hecho que siempre se observó después de que en una ocasión hubo chamusquina de lenguas generalizada, por no haber hecho caso de la recomendación de la mamá; la anfitriona servía el té en las diminutas tazas, mientras los invitados platicaban y en algunas ocasiones se servían sendos trozos de pastelillos medio crudos hechos con harina de hotcakes y la eficiencia del horno mágico de Lili Ledy. La mayoría de las veces se tomaba el té solo, pues cocinar los pastelillos implicaba bastante parafernalia y sobre todo un gran desorden en la cocina. Entre animada y alegre conversación se vaciaban las tazas rápidamente, siendo su tamaño insuficiente para la sed de los asistentes, hubo una vez un invitado que se tomó como diez tazas, pues le aquejaba una sed pertinaz, después de haber corrido persiguiendo a todos los primos en el juego de "las trais". Después de la "hora del té" seguía el ritual del lavado de las piezas de porcelana, trabajo que realizaba delicadamente la anfitriona junto con sus primas más allegadas. Claro, que eso no sucedía a menudo, pues generalmente todo se quedaba montado hasta la noche pues seguía otra ronda del juego de "lastrais", las escondidillas o estaba inconclusa una de las maratónicas e interminables partidas de "turista"

3 comentarios:

  1. Ay, Mainé, cómo me hiciste recordar la infancia. Yo también tuve un pequeño juego de té de porcelana. Yo no era tan delicada en eso de preparar con tal elegancia el lugar para tomarnos alguna deliciosa infusión, incluso creo que fueron más veces en las que la bebida en cuestión era imaginaria, jajaja; pero igual lo disfrutaba.

    Mis primas tenían un hornito también, y recuerdo perfectamente la afición por hacer los pastelitos, como bien dices tú: medio crudos. Gracias a Dios eso mejoró con los años, jaja, y mira ahora me convertí en una especie de repostera feliz.

    Gracias por compartir recuerdos. Te mando un abrazo =)

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  2. las evocaciones que nos provocan los objetos de nuestras infancias son maravillosas. Hace poco una amiga, quien tien 3 hijos: de 15, de 11 y de 7, comentaba que en el proceso de mudanza que tuvo hace poco tiro "quien sabe cuantos tiliches que estos pequeños diablillos guardaban en sus cajones" con tristeza la escuche, pero no dije nada.

    yo tambien tengo guardados muchos objetos que me traen recuerdos maravillosos y ahora tambien conservo casi todo con lo que juega mi hija- de casi 4 años-

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  3. Hola hola cumpleañera, te envìe un mesnaje a tu cel, pero creo que no tengo el actual y mail y rebotò, intentè enviar señales de humo peor sospecho se confundiò con el resto del smog
    asì que feliz cumpleaños
    que ya llegue ese regalote
    besos

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