domingo, 25 de enero de 2009

El Centro Histórico de la Ciudad de México



Desde la primera vez que recuerdo haber ido al centro de la ciudad, cuando tenía como siete años (uyy, hace ya varios ayeres), un fuerte interés por este lugar se desarrollo dentro de mí.
Entre sueños recuerdo la gran impresión que me causaron el plafón y la herrería del Gran Hotel de la Ciudad de México, que antaño fuera el Centro Mercantil, la majestuosidad de la escalera de la Casa de los Azulejos y el patio y las colecciones del Museo de la Ciudad de México (antigua Casa de los Condes de Calimaya), segundo museo del que guardo recuerdos (el primero es el de Historia Natural en Chapultepec, pero esa es otra historia). En una visita que hice con mis compañeros de primaria al Templo Mayor, sentí que estaba en el ombligo del mundo al pisar el mismo sitio en donde se había levantado la antigua ciudad de Tenochtitlán y recuerdo haber soñado durante muchas noches, que yo descubría el águila devorando a la serpiente, evento al que hace referencia la leyenda fundacional de nuestra ciudad.
Al ir creciendo, mi afición por la historia y la literatura se desarrolló con fuerza y el centro se volvió la referencia obligada al origen de nuestra ciudad y de nuestra identidad. Recuerdo como me palpitó el corazón, una tarde, al ver como arriaban nuestra bandera los soldados del Palacio Nacional y la primera vez que entré a la antigua Cámara de Diputados, en el mismo recinto.
Aunque en mis años de secundaria y preparatoria, no lo frecuenté mucho, salvo una que otra visita a Minería y a la entonces Cámara de Representantes, nunca dejó de ser un lugar presente en las conversaciones de mi familia, pues mi abuelita materna me contaba sobre cómo era el centro en los años treinta y cuarenta, cuando los principales edificios eran sede de las facultades de la Universidad y había que ir muy elegante de sombrero, y mi mamá me prestaba todos los libros que tenía sobre los conventos de la época virreinal y varios estudios de algunos inmuebles relevantes.
Cuando entré a la universidad regresé al centro, volviéndose el Museo Franz Mayer, el MUNAL (Museo Nacional de Arte) y el Antiguo Colegio de San Ildefonso mis museos favoritos. Fue en ese momento cuando pensé que sería maravilloso trabajar en ese espacio, rodeado de historias y hermosa arquitectura. Todavía no tenía claro que sería en un museo, pues el gusanillo de estos apenas empezaba a desarrollarse en mi mente, tras asistir a una clase sobre museología en un curso de historia del arte que tomaba mi mama. Los años pasaron, la vida siguió su camino, pero ya no pude olvidarme del centro y buscaba cualquier ocasión para visitarlo, con mis amigos lo visité varias veces haciendo recorridos de museos y lugares interesantes y he tratado de ir formando una pequeña colección de libros que hablan sobre la arquitectura, la historia y las leyendas de este.

Ahora, mucho tiempo después, veo que se realiza mi anhelo y tengo la oportunidad de trabajar en la cuadra más bonita del centro histórico, a un paso del MUNAL y de Minería, y de ir descubriendo cada día nuevas maravillas.

Ahh! y por si había la duda: SÍ!! Si tengo centritis!!, pues aunque trabajo ahí casi toda la semana, no pierdo ocasión de regresar también los fines de semana para seguir aprendiendo y descubriendo lugares

En este blog haré algunas reseñas de los lugares que más me gustan, de las cosas que descubro y también a las que me enfrento, las cuales me hacen reflexionar sobre los problemas más serios que existen en el país: la pobreza, la violencia, el narcotráfico, la prostitución, el desempleo; pues aunque el centro es un lugar maravilloso e interesante, también hay zonas de este en donde se manifiesta la realidad más cruda de nuestro país y aunque pudiese omitirla seria quitar una parte de lo que también es el centro.
Que tengan una semana muy provechosa y divertida!
Aines

4 comentarios:

  1. Yo también guardo uno que otro recuerdo o anécdota bonita del centro, pero me he de confesar alérgica a los tumultos y es de lo que más viene a mi mente. ¿O será que mi mamá escogía las fechas navideñas para aparecerse por aquellos lares? Sólo Dios sabrá.

    Esperaré las reseñas que prometes, mientras tanto, saludos :)

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  2. Tessy que gusto tenerte de visita por estos rumbos!

    Eso de las fechas navideñas en el centro puede ser verdaderamente agobiante y caótico, ya tuve una desagradable experiencia hace unos años, un 10 de diciembre que se me ocurrió la peregrina idea de ir a comprar adornos a la calle de Tabaqueros.

    Trataré de no volver a perder la contraseña para responder los comentarios como es debido.

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  3. Perfecto!!!! tendrás toooooda mi atención. Te recomiendo actives una opción que es para registrar seguidores así uno puede seguir tu blog. Muchas felicidades!!!!!

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  4. Bienvenida por este blog que va dando sus primeros pasos.
    Gracias por la felicitación!!
    Creo que ya logré registrar la opción de seguimiento. Buen día!

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