jueves, 25 de junio de 2009

De como mi oficina se trasformó en un estanque.

Este es un post fuera de la ley!!
Pues está fuera de mi reglamento personal, en el que decidí que los post para este blog no los escribo en la oficina.
Pero una fuerza imperiosa me impulsó a escribirlo..será que necesito hacer cierto tipo de catarsis!!
Así que ahí va este post del cual no esperen mucho refinamiento, pues lo escribo con el tiempo cronometrado..mi psique se rehusa a dejar el trabajo durante mucho tiempo.

La historia estuvo así: el lunes por la mañana llegué muy contenta a la oficina, abro la puerta y.....tachan!!!...soy la feliz propietaria de una lagunita!! A lo largo y ancho de la oficina se extendía un espejo de agua en donde se reflejaba el estupor de mi cara, la cual se tornó un poco pálida al recordar que el cpu de la compu y el no-break (o como se escriba) estaban en el piso!! Corrí a desconectarlos y a ponerlos a buen resguardo! Afortunadamente no se dañaron y lo único que se echó a perder fue una caja de cartón que contenía bastantes paquetes de hojas blancas..misteriosamente estas al estar envueltas en varios paquetes no se echaron a perder.
Ese día me fui a dormir pensando que esa historia quedaba como una anécdota...pero no fue así!!!

Hoy se repitió!!! Solo que la profundidad del agua ahora fue mayor.... como son muy intrépidos volvieron a nadar el cpu y el no-break (ya los regañé por andarse arriesgando de esa manera pero no me hacen caso =) , ahora sí que tuve que esperar largo rato a que se secara la oficina e improvisar un salón de belleza para secar con una pistola de aire al cpu y al no-break nadadores, pues si no lo hacía seguro iban a pescar una pulmonía.
Después de varias horas de espera y un poquillo de temor, he de reconocer, conecté los aparatillos y afortunadamente no se enfermaron. Pero por recomendación del médico y para evitar posibles pulmonías se han mudado, el cpu sobre mi escritorio y el no-break sobre una caja de plástico bastante alta. Espero que ya no vuelva a inundarse de nuevo la oficina, pero más vale tener precauciones.
Sería de lo más extraño que cada vez que abra la puerta salga una bandada de alegres patos, bueno podría dedicarme a cuidarlos y a criar carpas, ja,ja,ja.

Y me voy pues mi tiempo de postear se acabó y mis labores me esperan.
Que tengan un buen día!!
Aines

viernes, 19 de junio de 2009

Memoria y porcelana


Delicada, ligera, traslucida, fría y brillante son algunos de los atributos que distinguen a la porcelana. Compañera de las grandes ocasiones o de los más entrañables momentos ante una taza de té o café.

Mi gusto por la porcelana viene de los albores de la infancia....al mirar las pequeñas tazas de té que guardo en una vitrina y que me regalaron cuando tenía cinco años, mi mente se trasporta a aquellos días de mi infancia en donde después de una larga jornada, dirigiendo un barco pirata o comandando un ejército rescatador de príncipes en apuros, era necesario tomar un descanso y que mejor que hacerlo disfrutando de una taza de té. El almirante de la flota, en ese momento dejaba a un lado espada y catalejo, corría a su cuarto, ayudada por sus primas, a traer la mesa de madera, construida exprofeso para el tamaño de los invitados y para servir a esos menesteres , así como de restirador, escritorio y hasta banco; que se transformaría gracias a la magia de un mantel, florero, servilletas dobladas lo mejor posible, cucharitas y el pequeño juego de porcelana, en el lugar en donde se compartiria el ritual de la "hora del té". Claro no siempre eran las 5 pero tratábamos que el horario se acercara y hasta decidimos proponer a los ingleses otro horario más conveniente, que se fuera moviendo según las necesidades de cada día =)


Era todo un ritual esperar a que el té estuviera listo (té de manzanilla, hierbabuena y alguna que otra vez de canela, pues eramos muy pequeños para tomar té negro, al cual después me aficioné), aprendí a calcular cuanto tardaba en hervir el agua y a disfrutar del silbido de la tetera avisando que el elixir estaba listo. Tras dejar enfriar bastante el té, hecho que siempre se observó después de que en una ocasión hubo chamusquina de lenguas generalizada, por no haber hecho caso de la recomendación de la mamá; la anfitriona servía el té en las diminutas tazas, mientras los invitados platicaban y en algunas ocasiones se servían sendos trozos de pastelillos medio crudos hechos con harina de hotcakes y la eficiencia del horno mágico de Lili Ledy. La mayoría de las veces se tomaba el té solo, pues cocinar los pastelillos implicaba bastante parafernalia y sobre todo un gran desorden en la cocina. Entre animada y alegre conversación se vaciaban las tazas rápidamente, siendo su tamaño insuficiente para la sed de los asistentes, hubo una vez un invitado que se tomó como diez tazas, pues le aquejaba una sed pertinaz, después de haber corrido persiguiendo a todos los primos en el juego de "las trais". Después de la "hora del té" seguía el ritual del lavado de las piezas de porcelana, trabajo que realizaba delicadamente la anfitriona junto con sus primas más allegadas. Claro, que eso no sucedía a menudo, pues generalmente todo se quedaba montado hasta la noche pues seguía otra ronda del juego de "lastrais", las escondidillas o estaba inconclusa una de las maratónicas e interminables partidas de "turista"